sábado, 21 de marzo de 2015

El astrobiólogo Lewis Dartnell de la Universidad College de Londres presentó un informe a la NASA sobre criaturas encontradas en el Lago Mono, en Yosemite, California, que viven en arsénico y son capaces de alimentarse de este elemento.

Hasta ahora, se pensaba que toda la vida estaba basada en seis ingredientes básicos: carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre y fósforo.
Sin embargo, esta bacteria vive en base a arsénico, que para todas las demás criaturas, es veneno.
"En nuestra mente esto es como el equivalente de encontrar una criatura como Horta en Star Trek", dijo Mary Voytek, directora del programa de Astrobiología de la NASA. "Lo siento si hay gente decepcionada, pero esto es un gran descubrimiento que llevará a nuevas áreas de investigación, y cambiará la forma en que definimos la vida", agregó.
En la conferencia participaron también Felisa Wolfe-Simon, geobióloga a cargo de la investigación, Pamela Conrad, astrobióloga, Steven Benner, químico orgánico y James Elser, biólogo.
Según explicaron los científicos, se logró aislar una bacteria y "educarla" para utilizar arsénico en su metabolismo y crecimiento en lugar de fósforo, integrando este componente en su ADN.
"Sabemos que algunos microbios pueden respirar arsénico, pero lo que hemos encontrado aquí es un microbio que está haciendo algo diferente - construir partes de sí mismo usando arsénico", explicó Wolfe-Simon. "Si algo aquí en la Tierra puede hacer algo así de inesperado, ¿qué más puede hacer la vida que no hemos visto todavía?".

La bacteria

El microbio descubierto es miembro de un grupo bastante común de bacterias llamado Gammaproteobacteria. En el laboratorio, los investigadores hicieron crecer estos microbios retirados del lago Mono en California en una solución con muy poco fósforo, pero con mucho arsénico. Luego, los científicos la fueron cambiaron sucesivamente hasta llegar a una solución sin fósforo. Para sorpresa de todos, los microorganismos siguieron creciendo, lo que indica que el arsénico estaba siendo usado por las bacterias para construir nuevas células de sí mismas (en reemplazo del fósforo).
Según dijo el astrobiólogo Caleb Scharf de la Universidad de Columbia al New York Times, "es como si tú o yo nos transformáramos en cyborgs completamente funcionales después de haber sido encerrados en un cuarto con un montón de electrónicos y sin nada que comer".
Todavía no se conoce cuál es el genoma de la bacteria ni mayores detalles, aunque Wolfe-Simon aseguró que se está trabajando en ello.
Los resultados del estudio no sólo se aplican a la búsqueda de vida en otros planetas, sino también para comprender la evolución de la vida en la Tierra, la química orgánica, ciclos bioquímicos, microbiología, etc.

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